Si has llegado hasta esta página no creo que te cueste entender de qué hablo cuando digo que es tremendamente frustrante tener dificultades para quedarse dormido/a. Tenemos muchas ganas de dormir pero al no conseguirlo se activan mecanismos que hacen que cada vez sea más difícil lo que normalmente suele acabar en un desagradable círculo vicioso.
Y en ese círculo vicioso suele venir incluido el ver pasar todas las horas del reloj.
El mayor problema de esto es que las herramientas que nos ayudarían a frenar este bucle son contraintuitivas. Es decir, que muchas van en contra de lo que nos pide el cuerpo. Así lo que acabamos haciendo es seguir dificultándonos la tarea de dormir sin darnos cuenta, como si estuviéramos intentando salir de un hoyo cavando más profundo.