El estrés es un proceso que aparece cuando, al relacionarnos con el ambiente, vemos que este supera nuestros recursos o capacidades y pone en peligro nuestro bienestar individual.

La mayor parte de nosotros en algún momento de nuestras vidas hemos pensado ¡qué estresado/a estoy!. Es algo habitual cuando las exigencias del entorno superan nuestros recursos para hacerles frente. A menudo, esta situación es algo temporal y conseguimos revertirla, ya sea porque esas exigencias disminuyen o por que buscamos herramientas para afrontarlas.

Sin embargo, hay ocasiones en las que este estrés se mantiene durante un largo tiempo. O, aunque la duración sea corta, es tan intenso que nos inmoviliza. En esos momentos nos sentimos totalmente desbordados, la situación nos supera y esta sensación es demasiado incapacitante para hacerle frente.

En estos casos, mantenernos en ese estado puede ser perjudicial para nosotros, ya que el sentimiento de incapacidad va en aumento, afectando a nuestra autoestima y como consecuencia a otras áreas de nuestra vida. Además podemos notar un aumento de la irritabilidad, dificultado de concentración, etc

Los motivos que nos impiden superar esta situación tan desagradable pueden ser variados y trabajarlos en terapia es una oportunidad para entenderlos y poder gestionarlos.